LA HORA DEL INTENDENTE JOSE SIERRA (12 DE MAYO DE 1859)
Con posterioridad a la derrota de Cerro Grande, Copiapó, comienza a vivir días inciertos, pero la derrota y huida de P. León Gallo, no sumerge a Copiapó y Caldera en crisis ni anarquía, si bien es cierto la plutocracia copiapina esta algo nerviosa, las noveles instituciones atacameñas siguen funcionado. Pero, finalmente el gobierno es entregado al Juez Dolores Passi, con ello se suponía se restablecía en Copiapó un gobierno cercano a Montt, solo Caldera se mantenía constituyente, siendo gobernada por Anselmo Carabante. Quien finalmente entrega el mando al enviado de Juez Dolores Passi. Mientras tanto caía el puerto de Huasco en manos de los gobiernistas y quedaba en manos del teniente Coronel José Villagrán, de allí avanzarían a Vallenar y posteriormente a Copiapó, donde se suponía la situación estaba controlada.
Es en este momento cuando José Sierra, con gran claridad política y determinación subleva al puerto de Caldera, ahora ya en su calidad de teniente y toma la capitanía de puerto. Caldera volvía a manos de los revolucionarios, era el momento de trasladarse a Copiapó y retomar por la armas el gobierno revolucionario. La acción de Sierra, coincidía con la vuelta de los Cazadores de África, ultima división revolucionaria, que al llegar a Copiapó sin renunciar a su ideario buscan una salida pacífica y de dialogo con las nuevas autoridades, más moderadas, pero la frustración de muchos copiapinos es evidente y comienza una suerte de profundización de las posiciones y de rencillas entre los copiapinos.
El 8 de mayo desembarcan en Caldera las tropas de José Villagrán, en ese momento José Sierra decide trasladarse a Copiapó y desde allí resistir. La llegada del Calderino a Copiapó enciende aún más los ánimos de los descontentos con la moderación de la plutocracia copiapina. Había llegado la hora de asumir el gobierno revolucionario Constituyente y José Sierra, con el objetivo de organizar la resistencia se hace nombrar Intendente, el último de la revolución del 59. Emocionalmente, José Sierra, mantuvo
una lealtad infinita hacia sus oficiales superiores.
El 12 de mayo, las tropas de gobierno llegan a Copiapó y con José Sierra, ahora al mando de la revolución se atrincheran en la plaza de armas. El historiador Joaquín Fernández, nos cuenta así el desenlace de la batalla: Cercados y progresivamente estrangulados un puñado de revolucionarios, en su gran mayoría soldado improvisados sacaban fuerzas de flaquezas para resistir una fuerza cuatro veces mayor.
Con sus últimos seguidores, con su grupo de amigos, resiste el embate y la persecución de las tropas de José Antonio Villagrán, comandante persecutor de los últimos focos de resistencia constituyente. Finalmente los revolucionarios son derrotados en la plaza de armas, sin balas y casi sin hombres, José Sierra deja de combatir y se retira, sin ser detenidos por las tropas gobiernistas, ya que al parecer el biotipo de Don José Sierra, no era lo que los mapochinos buscaban, es así cono el héroe de la resistencia
Copiapina se pierde en la bruma siempre espesa de la historia y también en la frágil memoria histórica regional.
FUENTE: Diccionario Historico Efemerico de Atacama